¡Hola, compañeros! 😊
En este entrada me gustaría hablaros de una de las sesiones más interesantes hasta el momento dentro de la asignatura de Habilidades docentes y gestión del aula aunque en realidad, todas me parecen cuando menos, muy prácticas.
Para empezar querría hacer un pequeño repaso de todo lo que se vio en la sesión donde comenzamos con la cita de Vicenta González, La gestión del aula de español (2020), Difusión, y su especial visión sobre la gestión del aula:
«Entrar
en el aula preparada para impartir una clase no solo significa tener claros los
objetivos de enseñanza, los materiales que se van a utilizar, las dinámicas; es
algo más. Implica tener presente el lugar en el que se va a impartir la clase,
entender el aula como un espacio propiciador de la interacción y aprendizaje».
Siguiendo con esta idea, la
docencia no debe verse solo como un mero instrumento de instrucción para
que los alumnos aprendan contenidos y una vez cumplida dicha misión volver a casa, no.
La docencia se tiene que entender como un ambiente agradable en el que se
realizan cosas tan increíbles como adquirir los conocimientos necesarios para
ser ciudadanos conscientes de todo cuanto nos rodea. Por lo tanto, la visión
que se ha de tener del aula no tiene que concebirse como un espacio extraño rodeado
de sujetos desconocidos, sino más bien todo lo contrario. Un lugar agradable rodeado de personas con las que poder comunicarse y un espacio para desconectar por un determinado espacio de tiempo.
Con
todo ello lo que se pretende es que el aula sea un lugar de distensión y donde
se propicie la comunicación y el interés por el aprendizaje. Para ello, es necesario
tener presente muchísimos aspectos entre los que podemos destacar: la figura
del docente, la materia, los contenidos, el diseño de las actividades, la
disposición del material y de la clase, la agrupación de los estudiantes, la
dinámica de clase, la motivación tanto del docente como de los estudiantes para
la óptima realización de las aulas, etc. Todos estos elementos son de vital
importancia para un buen desarrollo de las sesiones y, en consecuencia, de un
aprendizaje que evolucione de manera gradual hasta alcanzar los objetivos
propuestos.
Tras
esta pequeña reflexión se nos planteó una pregunta en clase muy interesante: ¿Observas
algún cambio en las clases de antes con las de ahora? Para responder a esta pregunta
es necesario echar la vista atrás y pensar en si verdaderamente se han
realizado grandes cambios en cuanto al aula y todo lo relacionado con ella. En lo que concierne a las principales diferencias, podríamos señalar como factor principal el
uso de la tecnología y los dispositivos electrónicos sin los cuales, hoy por
hoy, no concebiríamos la enseñanza tal y como la entendemos en la actualidad. Sin embargo, es cierto que la mayoría de veces
la disposición y material del aula continúa siendo el mismo (mesas y sillas en dirección
hacia el profesor sin posibilidad de poder interactuar entre los distintos alumnos). Al menos en el caso de España, a pesar de que ha
avanzado afortunadamente en determinados aspectos, en otros parece haberse
estancado.
Posteriormente se nos presentó otra cuestión muy interesante y fue ¿Cuánto tiempo pasamos dentro del aula?. Ello entendido como el conjunto de lugares en los que acudimos para estudiar (colegio, instituto, centros, bibliotecas, etc.). De este modo, hemos de reflexionar sobre este aspecto en tanto que es cierto que, a pesar de nos ser conscientes, lo cierto es que pasamos gran parte del tiempo en dichos lugares y, por consiguiente, debemos replantearnos si realmente cumplen su función en tanto que el objetivo fundamental es ofrecer ventajas para el estudio basado en la comunicación.
Así
pues, se nos propusieron 5 criterios con los que romper las barreras a favor
de un lugar partidario de la comunicación e interacción.
- Necesidades de aprendizaje: entendidas como la disposición del mobiliario en clase dependiendo del tipo de actividades que se vayan a realizar en el aula.
- Espacios cómodos, flexibles
y oxigenados: concebidos para asociar el aprendizaje con experiencias y recuerdos positivos.
Todo en el aula influye (colores, olores, e incluso las sensaciones) que afectarán de manera
indirecta a nuestro aprendizaje.
- El aula como espacio de
aprendizaje: todo en el aula suma como colgar carteles, pósteres, trabajos,
pósits, citas educativas que motiven etc. junto con la creación de espacios
que fomenten el aprendizaje como un rincón de lectura, de relajación, etc.
- Atención a la diversidad: es el trato que se le ofrece al estudiante y se les ofrece las mismas posibilidades a todos los miembros
de la clase independientemente de su origen, raza, sexo, ritmo de trabajo,
etc. Como docentes hemos de ser capaces de integrar a estos «alumnos
invisibles» para implicarlos en el proceso de aprendizaje.
- Espacios interactivos:
deben involucrar un aprendizaje como proceso activo por parte de los
estudiantes con el fin de fomentar dicho proceso y hacerles reflexionar.
Sin
embargo, aunque esto resulta un concepto idílico, lo cierto es que en muchas
ocasiones la realidad es bien distinta y donde nos resulta imposible llevarlo a
la práctica. Para poner fin a ello, se nos propuso tres dinámicas para resolver
este problema:
- Expresión oral en
movimiento
- Rincones
- Estaciones
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